Nací en Santa Cruz de Tenerife el día de San Ignacio de Loyola del año 1971, pero un detalle curioso, me bautizaron el día de Santo Domingo, de algún sitio partió lo del carisma dominicano. Soy la pequeña y única hija, después de tres hermanos mayores, a los que les debo, en parte, eso de vivir del cuento.
Lo de los cuentos lo descubrí hace unos años, estando destinada en el colegio de La Palmita, buscaba pequeñas historias que hicieran a los alumnos reflexionar, interiorizar, buscar a Dios… Empecé a leer y a recopilar cuentos y pequeños escritos con moraleja.
Cuando volví al colegio de San José (Las Palmas), hice un curso de páginas web y nos propusieron hacer un blog, a mí se me ocurrió crear uno donde la palabra fuera no sólo un medio de comunicación, sino de predicación, de transmisión, de ayudar a crecer, a descubrir valores y comencé a escribir pequeños relatos de lo “cotidiano”.
Creo que la predicación , la escucha, la oración son medios fundamentales en la vida tan ajetreada que llevamos, y, si de pequeños nos contaban los cuentos para enseñarnos algo importante, ¿por qué no seguir haciéndolo?.